SECTOR ENERGÉTICO

La patronal europea pone al ‘ecologista’ Sánchez como ejemplo de atasco en las renovables

Pedro Sánchez y Teresa Ribera
Pedro Sánchez y Teresa Ribera, en el Congreso.

La patronal europea critica al ecologista Sánchez como ejemplo de atasco en la energía renovable, que ha constituido desde siempre uno de los objetivos prioritarios del Gobierno ahora en funciones y de la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, lo cual pone en entredicho los resultados prácticos del discurso oficial al respecto. Esta denuncia figura en varios informes realizados por Windeurope, que agrupa a todas las empresas eólicas del continente y evidencia el camino que queda por recorrer para completar la transición energética.

Según los estudios de Windeurope, Europa tiene que acelerar el desarrollo de las redes eléctricas de transmisión y distribución, reforzar las existentes y aumentar la flexibilidad para cumplir con sus objetivos climáticos y garantizar el suministro. «No hay transición sin más transmisión»: sin estas inversiones críticas, Europa no puede alcanzar sus objetivos climáticos y de seguridad energética. Así lo advierte Windeurope en una nota en la que también subraya la necesidad de simplificar los procesos de conexión a la red. A este respecto, la patronal europea pone al ecologista Sánchez como ejemplo de atasco en las energías renovables.

De acuerdo con la patronal europea, «los retrasos en el refuerzo y las conexiones de la red se encuentran entre los principales obstáculos para la instalación oportuna de nuevos proyectos de energía eólica. Más de 100 GW de proyectos de energías renovables esperan su conexión a la red en España», de manera que la patronal europea pone el ecologista Sánchez como ejemplo de atasco en las energías renovables. Windeurope recuerda que la UE quiere instalar alrededor de 30 GW de nueva energía eólica cada año de aquí a 2030 y, sin embargo, el año pasado sólo instaló la mitad de esa cifra.

«Los gobiernos deben simplificar el proceso de conexión a la red y garantizar que las solicitudes se aprueben lo más rápido posible. También deberían aclarar las normas sobre conexión a la red y publicar periódicamente datos sobre la congestión, las restricciones y la capacidad disponible de la red», explica. El sector español ha denunciado repetidamente los retrasos del Gobierno, así como el poco empeño de la ministra Teresa Ribera en desatascar los procesos administrativos que impiden la construcción y el reforzamiento de la potencia energética.

Ochenta mil millones en inversiones

La asociación eólica considera, además, que Europa no está invirtiendo lo suficiente. «Las energías renovables se expanden rápidamente, los vehículos eléctricos crecen y las bombas de calor despegan. Pero la red no crece al mismo ritmo. Europa necesita aumentar las inversiones en redes de 40.000 millones de euros a 80.000 millones al año», afirma Giles Dickson, director general de WindEurope. De esa cifra, gran parte se destinaría a la construcción de nuevas líneas e infraestructuras, pero también a la optimización de las ya existentes. «La UE debe hacer de las redes eléctricas una de sus principales prioridades energéticas», añade.

España está perdiendo posiciones en el ránking de los mercados europeos más atractivos para invertir en energías renovables. En estos momentos, Alemania, Italia y Portugal adelantan a nuestro país como destino preferido del capital interesado en este sector, según una encuesta entre inversores realizada por el banco BNP. La conclusión representa un varapalo para el Gobierno de Sánchez, y en concreto para la vicepresidenta Teresa Ribera, que han realizado todos los esfuerzos posibles por liderar las energías renovables en el mundo, una pretensión heredada desde los tiempos de Rodríguez Zapatero con Miguel Sebastián al frente del entonces Ministerio de Industria.

Regulación predecible

De acuerdo con el informe de BNP, los inversores reclaman la necesidad de que haya una regulación predecible para que los extranjeros -y también el capital interno- se decidan a invertir en los estados, un extremo que España ha ido incumpliendo repetidamente durante el mandato de Sánchez, con continuos cambios de normas que han puesto en alerta a los potenciales interesados.

A estos lastres se han sumado los conflictos judiciales emprendidos en torno a las instalaciones renovables, que vivieron el comienzo de su gran expansión durante el mandato de Zapatero, pero que luego entraron en una era de incertidumbre cuando el Gobierno de Rajoy y su entonces ministro de Industria, José Manuel Soria, decidieron topar la rentabilidad de las inversiones a un máximo del 7% para detener la explosión del déficit de tarifa -la diferencia entre el precio que pagan los consumidores y el coste de producción de la energía-.

La Presidencia española de la Unión Europea empieza con mal pie. El acuerdo entre los 27 para una reforma del mercado eléctrico europeo que acariciaba Ribera en la cumbre de Valladolid del pasado mes de julio se ha demostrado de momento imposible debido al recrudecimiento de las posturas de Francia y Alemania. 

El principal obstáculo es la posición violentamente antinuclear de España, que tropieza con la insistencia del Gobierno de París en poder intervenir el precio de la electricidad de origen atómico para garantizar un precio inferior al de las energías renovables que están proliferando en toda Europea y especialmente en España.

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